La artrosis es una patología reumática que lesiona el cartílago articular.
Cuando este cartílago articular se lesiona, se produce dolor, rigidez e incapacidad funcional. Normalmente la artrosis se localiza en la columna cervical y lumbar, algunas articulaciones del hombro y de los dedos de las manos, la cadera, la rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie.
El desgaste articular genera un tipo de dolor mecánico (es decir, se desencadena con los movimientos y mejora con el reposo).
La fisioterapia es útil para las articulaciones afectadas por la artrosis a la hora de reorganizar el uso que da el tejido conectivo a la articulación, ya sea reorientando la fricción excesiva en una zona del cartílago al realizar ejercicios que realineen las articulaciones adyacentes cuando ejecuta movimientos. Ya sea tratando el tejido periarticular que en muchas ocasiones es responsable de un gran porcentaje del dolor al estar trabajando en condiciones subóptimas para las que fue diseñada.
Por añadido, no cabe duda que la sensibilización a nivel del SNC genera patrones de comportamiento que someten al individuo bajo el miedo al movimiento. Esta es quizá la parte mas difícil del tratamiento, y una vez tratada, la más beneficiosa para el bienestar físico mental y social del paciente.