Para que se lesione algo en la zona lumbar es necesario que los mecanismos de protección no funcionen correctamente.
Si los músculos que hacen de faja abdomino-lumbar no están fuertes, es imposible tener unas lumbares estables. Es como si quitaran las vigas de tu casa y solo sujetaran las paredes, un desastre.
Por eso es tan importante fortalecer la zona abdominal y lumbar con ejercicios isométricos, famosos por las clases de Pilates.
La lesión de un tejido en la zona lumbar, suele venir precedida por la degeneración de las estructuras, y mecanismos dinámicos que protege alguna de las articulaciones.
La contracción muscular produce rigidez en las articulaciones, y esa rigidez articular da estabilidad a la articulación.
Afortunadamente no hace falta ser Superman para que se produzca esa contracción estabilizadora. Está demostrado que contracciones muy leves crean articulaciones estables, pero esa rigidez ha de ser controlada por la musculatura, y de esta manera ser armónica para respetar todas las estructuras, sin dejar ninguna atrás sufriendo en solitario el desequilibrio mecánico de fuerzas.
La rigidez por exceso o por defecto crea un sistema desestabilizado, donde sufren muchas estructuras para reequilibrar esta situación.
La rigidez articular solo será aceptable si esta subyugada a un patrón coordinado de movimiento. Si no, cuando genere movimiento, creará excesivas solicitaciones que hacen sufrir a estructuras adyacentes, que están compensando esa falta de movimiento.
En caso contrario, en ausencia de suficiente contracción estabilizadora, la articulación “baila” y lesiona los tejidos que la sujetan porque no están preparados para “bailar”, solo para informar y colaborar con la musculatura.
Esta situación de inestabilidad la encontramos en las articulaciones que tienen que compensar la falta de movimiento de las zonas más rígidas, y en segmentos que en algún momento han dejado de trabajar para proteger la espalda (este es un árbol causal más complejo, no por ello menos frecuente).